martes, 20 de enero de 2015

COSTUMBRES DE FRIAS DE ANTAÑO






CAZA Y PASEO DE CONDORES.




LA CAZA







En las Fiestas religiosas, Virgen del Carmen, El Señor de los milagros, El Corpus Cristi y El Patrón San Andrés, el paseo de los cóndores eran la atracción, el “sindico” o dueño de la fiesta preparaba y organizaba con anticipación uno de los mejores números o espectáculos, la exhibición o paseo de cóndores, por las calles principales del Pueblo de Frías. La cacería era llevada a cabo por los mejores laceadores de la zona, se preparaban con sus rápidos caballos y lazos, hechos de “cabuya” o nailo. Llegaba el día los singulares cazadores preparaban una acémila cortadas en trozos y la ubicaban al centro de la famosa “buitrera”, ubicada en el caserío de Arenales, Meseta Andina, que era un pequeña pampa rodeada por pequeñas lomas ,a manera de coliseo ,la cual servía de escondite a lo cazadores . Estando todo listo esperaban al líder de la bandada de rapaces y carroñeros, los laceadores muchas veces se impacientaban al ver que las aves no descendían, los cuales tenían que esperar muchas veces por varias horas y a veces hasta días para que caiga el trofeo alado.


Llegaba el momento apropiado cuando aparecía el primer rapaz, con la habilidad y astucia que lo caracteriza empezaba a volar y rondar por toda la zona por mucho tiempo y a mirar a todos lados, al parecer sintiendo que se trataba de una trampa; ya percatándose que no había nada que atente contra su objetivo, con su instinto y visión de perfecta ave cazadora, comunicaba a los demás buitres hambrientos que al poco rato estaban volando alrededor de la presa destrozada. Los laceadores que encogidos y ocultos con sus frazadas y ponchos de lana de oveja esperaban tímidamente el momento oportuno para el ataque.


El cóndor líder bajaba al ataque y los de más seguían, los pedazos de carne eran pequeñas manjares que eran devorados lentamente, llegaba la voz de caza por parte de los laceadores los cuales salían corriendo a pie y montados en ágiles caballos los cuales tenían que cazarlos antes de que se metan la garra al pico y vomiten o “buitreen”. Los cazadores llegaban a atrapar hasta tres o cuatro animales a los cuales les amarraban el pico para que no los piquen.

EL PASEO


Los buitres ya atrapados eran conducidos desde el lugar de la caza hasta el pueblo de Frías. La Gente reunida en la “cabecera” del pueblo esperaban con muchas ansias y expectativa a las aves andinas , ni bien asomaban , los asistentes celebraban la llegada con jolgorio y algarabía al compás de la banda de músicos ,que entonaban melodías de triunfo , los cuales acompañaban a manera de procesión hasta la casa del Señor Cristóbal Lot Pintado Mejía, uno de los primeros y pioneros en celebrar estas fiestas, los cuales eran encerrados en el corralón de este Síndico hasta el día del paseo.

Al siguiente día empezaba el famoso paseo o exhibición de estas aves, las cuales eran adornadas con las mejores cintas multicolores y con su filudo pico amarrado, eran conducidos por las principales calles del pueblo de Frías. Empezaba el paseo los buitres enlazados por sus cazadores avanzaban al compás de la banda de músicos, la multitud tenia que tener mucho cuidado porque podía ser picado con su filudo pico ; le seguían las principales autoridades políticas, religiosas y por la bulliciosa y asombrada gente del campo y la ciudad.


Una vez terminada la fiesta los cóndores eran sacrificados, la gente asistente esperaba el remate de las plumas, adornos, carne, sangre que muchas veces era bebida con vino o cañazo, esto era una costumbre que se practicaba año tras año.


Actualmente esta tradición se ha perdido debido a que estas aves han desaparecido por esta zona.






Profesor: José Cosmer Sánchez Troncos


DNI Nº02852954


martes, 4 de septiembre de 2012

Las Ruinas de Naranjo de Guayaquil

Naranjo de Guayaquil. "La ciudad perdida en el Alto Piura"
Monolito similar al Lanzon de
 Chavin de Huantar
Frías, distrito ubicado aproximadamente a una altura de 1700 m.s.n.m. en la serranía piurana, en su territorio guarda una gran riqueza arqueológica e histórica  aún por descubrir. Cuenta con magníficos e impresionantes petroglifos en casi todo su territorio, ruinas arqueológicas abandonadas, diversos huacos que han sido encontrados por los agricultores y profanadores de huacas, así como piezas de metal y restos de herramientas de piedra. En la actualidad se siguen descubriendo muchos  más  evidencias  de aquellos grupos culturales que habitaron e influenciaron en nuestra prodigiosa geografía. Se podría manifestar que dentro de nuestro ámbito se asentaron pequeños grupos culturales  en proceso de desarrollo, así mismo fueron influenciados por otros más avanzados, como los Vicús, Tallanes, los Chimús, los Chavines y por último la inca.
Segun el Antropologo Mario salazar
 este podría ser un croquis o
 mapa de un pueblo o etnia
El caserío de El  Naranjo de Guayaquil  es el escenario de uno de los últimos descubrimientos muy importantes de la arqueología piurana. Este lugar se encuentra ubicado dentro de la jurisdicción del distrito de Frías, provincia de Ayabaca, cerca de los límites de la provincia de Morropón - Chulucanas. Está a una altura aproximada de 1000 m.s.n.m. Las  familias se han establecido en las faldas del cerro Mocho. Su geografía es bastante accidentada y cuenta con muchas rocas, materia prima que fue utilizada por las antiguas civilizaciones  en la construcción de sus moradas y así mismo poder dejar impregnada su cosmovisión y estrecha interrelación hombre naturaleza, en las figuras hechas en las grandes piedras. Este lugar, también alberga  unas ruinas de piedra labrada quizás muy importantes para la arqueología local y posibles estudios puedan complementar algunas hipótesis sobre los primeros grupos humanos que habitaron nuestro territorio piurano.
En el año 2009,  Necemio Peña Rojas, profesor de la Institución Educativa  del caserío de El Naranjo de Guayaquil, conjuntamente con sus estudiantes fueron los primeros que informaron sobre la existencia de las  ruinas, ya que por muchos años estuvieron escondidas por los matorrales de aquel bosque seco. Algunos visitantes y especialistas en la materia han manifestado que posiblemente en un tiempo fue asiento de algún grupo cultural que habitó temporalmente por este territorio. Se han encontrado petroglifos con figuras antropomorfas y zoomorfas, elaborados con la técnica de bajo relieve sobre las rocas, además de los monolitos gigantes y en miniatura, que indican el respeto y la adoración hacia sus seres mitológicos. Los diversos huacos hallados, representan a seres humanos animalizados, animales que habitan en la zona. Todas estas manifestaciones, al parecer, fueron de algún grupo cultural avanzado que se desarrollo en la época pre inca. En la actualidad se siguen descubriendo más figuras. La Municipalidad Distrital de Frías, le ha encargado el estudio más profundo de estos vestigios al arqueólogo Mario Salazar Juárez, persona especializada es la arqueología. En el caserío de El Guabo y de manera dispersa, se han hallado otras figuras que representan rostros de humanos que expresan dolor, sufrimiento y angustia.
 
Los monolitos,  ruinas y demás vestigios.
            Otras de las huellas y vestigios que se han encontrado son los “monolitos” que tienen impregnados magníficos “petroglifos” o figuras hechas bajo la modalidad de tallado en bajo relieve. La mayoría de estos glifos  representan a  animales como aves de rapiña (alcón, guacaca, gavilán), búhos y otras deidades, que representan figuras antropomorfas de extraños personajes  que  expresan diferentes sentimientos y estados de ánimo. El arqueólogo Salazar manifiesta algo muy importante, que  en estas ruinas una zona  que representa la fuente de la fertilidad debido a que en estos glifos hay una simbolización, al parecer de una mujer pariendo a un ser y al costado existe la representación  del astro rey que ilumina su alumbramiento. Debemos saber que  este petroglifo se repite en otros lugares como es en  Poclús y Banda de la Cruz en Culcas, caseríos ubicados hacia el noreste de las ruinas.
 Los huacos encontrados son de color negro, característica de la mayoría de cerámica encontrada en Frías y representan a hombres con rasgos de animales. También se han hallado pequeños monolitos que denotan rostros con diferentes expresiones faciales, así como de figuras de animales (Búho). Al parecer que este grupo cultural tuvo influencia de grupos étnicos de la selva que se trasladaron de su lugar de origen en buscas de alimento y de buenas tierras donde establecerse y en su paso fueron plasmando sus vivencias, creencias y supersticiones en las rocas, ya que carecían de escritura.
            Según el arqueólogo Mario Salazar Juárez en su publicación “Las Rutas y Santuarios Prehispánicos de Frías” (Noviembre del 2011), trabajo auspiciado por la Municipalidad Distrital de Frías, menciona que esta cultura tuvo influencia de la cultura Chavín, debido a la forma y estilo que tuvieron los chavines para hacer sus edificaciones. La finalidad de estas construcciones tuvo un fin mágico religioso astronómico según lo manifiesta el arqueólogo. Ellos supieron aprovechar lo que la naturaleza les ofrecía y en los filos o ángulos de las rocas, sus diestros y hábiles talladores, plasmaron su filosofía, arte, superstición y cosmología y respeto a sus dioses mitológicos.
            Las ruinas que se han encontrado son un conjunto de rocas labradas y posiblemente  sirvieron como base para la construcción de sus viviendas o de posible templo de adoración y rito. Los enormes monolitos, a manera de lanzones, tienen  similitud con las construcciones que hicieron los grupos que vinieron del norte dentro del proceso de poblamiento del hombre piurano.
            Esta zona es interconectada mediante diversos caminos  de piedra prehispánicos y que conduce a varios lugares aledaños de las ruinas, tanto para Frías como para Morropón.
El Señor del Shango. “Jefe misterioso y poderoso hechicero”
Una de las figuras que mas asombro ha causado es la figura de un gran señor, que posiblemente representa a una deidad (jefe, curaca o poderoso hechicero) muy importante dentro de aquel grupo étnico y que al parecer tuvo mucha influencia sobre sus habitantes por la forma como lo han representado. Algunos lo han denominado el Señor del Shango y que algunos pobladores de la zona ha tomado este nombre debido a que se encuentra vigilando la quebrada del  mismo nombre. Esta figura  se  encuentra tallada bajo la técnica del picado en una enorme piedra. Se ubica a unos 10 minutos  de camino del caserío, junto a él están otras inscripciones con una visión cosmonauta y otros que servían como orientación para la civilización de esas épocas.

El señor del Shango
 podero hechicero
 El termino Shango, posiblemente es un vocablo de alguna lengua extinta que antiguamente se hablo. Como se sabe que  la zona de Frías tuvo mucha influencia Vicús, Mochica y quechua o también se puede conjeturar que tuvo influencia  de alguna lengua jibara o quechua cajamarquino.  Con este nombre también se le ha calificado a un personaje muy importante dentro de otras culturas en otros países. Shango significa dios del fuego, señor todo poderoso. Al parecer fue un personaje con mucho poder sobre esta cultura. Su denominación podría tener relación  con otros términos  que  se hablan por estos lugares y que llevan incrustadas el sonido “sh” y que en Frías se hablan muchos términos con este mismo sonido como: shanga, shara, coshal, shote, cusha, entre otros que posiblemente fue de algún dialecto propio del lugar.
Al mi juicio aquel grupo étnico  se estableció temporalmente  en este lugar, utilizando como material principal a la piedra, tanto para plasmar su petroglifos, elaborar sus enormes y diminutos lanzones y monolitos, las enormes piedras labradas al estilo pre inca, aprovechando al máximo los recursos que la geografía le ofrecía. Se podría considerar algo similar lo que sucedió en la cultura Chavín. Otras de las consideraciones que  puedo afirmar, es que esta cultura culminó su recorrido o expansión en este lugar, posiblemente debido a que se encontraron con otra cultura más sobresaliente como los Vicús o Tallanes. Para contrastar esta afirmación es necesario considerar que por todo el territorio de Frías, hacia la parte alta con dirección al nor este y nor oeste del distrito y otros alrededores existen un sinnúmero de huellas y figuras con similares formas tales como los hoyos o cúpulas,  petroglifos con figuras antropomorfas  similares en los lugares de San Isidro, Pampa Grande, Poclús, Culcas, Silahuá, Huasipe, el mismo Frías, Chalaco y Santo Domingo. Estas huellas están interconectadas de manera secuencial y repetitiva. Según algunos historiadores que plantean el origen del hombre piurano tiene sus raíces en grupos étnicos selváticos. Sus figuras   tienen apariencia de felinos y formas antropomorfas, como las encontramos en Samanga y partes de nuestra selva peruana.
 
 
 
Por José Cosmer Sánchez Troncos
Profesor de Educación Primaria
IE 14330 - Culcas -Frías - Ayavaca - Piura

miércoles, 13 de enero de 2010

La Catarata de PUTAGAS

Es otro atractivo turístico de Frías, la catarata lleva el nombre del caserío donde se encuentra ubicada, está a 40 minutos de camino de este lugar por una vía bastante estrecha y con mucha pendiente. Se localiza a la margen izquierda del cerro Peña Negra entre el cerro Huamingas, mide un aproximado de 25 metros de altura, sus aguas discurren de los arroyuelos que resumen de la cordillera cerca de Altos de Poclús., en la Meseta Andina.

Esta majestuosa caída es bastante conocida por los lugareños y gente de otros lares. Los alumnos y docentes la visitan mucho. En este lugar se siente un ambiente de energía positiva, donde la brisa emana frescura que alegra el espíritu y el alma dando una paz tremenda al cuerpo haciéndote olvidar cualquier problema cotidiano.


En este lugar podemos encontrar flora y fauna silvestre que adornan de manera tan natural el paisaje haciéndolo más atractivo, causando en los visitantes asombro y dejándolos con las ganas de volver nuevamente.


Algunos cuentan que en este lugar aparece una hermosa y bella mujer y que siempre se baña en sus cristalinas y frías aguas.

LOS PETROGLIFOS: HUELLAS DE LOS GENTILES EN FRIAS

Los petroglifos (petro = piedra; glifo = talladura) son imágenes grabadas por el hombre sobre piedra con distintos métodos: picado, rayado, incisión o desgaste (abrasión). Tienen antigüedades de miles de años y se los encuentra en todo el mundo. Fueron la manera que usaron los hombres primitivos para registrar hechos, visiones y contar historias. Utilizaron para hacerlos herramientas sencillas, como palos, piedras filosas o huesos.

Las imágenes grabadas transmiten ideas y significados a la mente sin necesidad de usar palabras, sonidos u otras formas de lenguaje. A este método primitivo de comunicación se le llama pictografía (escritura con imágenes) y a partir de él se ha formado la base de los caracteres que se usan hoy en China, Japón y otros países. Los indios norteamericanos y la civilización incaica no tenían lenguaje escrito. La manera que tenían de mantener vivas sus tradiciones e historia era pasándolas de padres a hijos en forma de relatos orales.



Los petroglifos generalmente no son un lenguaje, sino imágenes que cuentan una historia y representan una sucesión de ideas aún enigmáticas y misteriosas. Algunos marcan hechos históricos, otros hechos geológicos y algunos fueron realizados con propósitos rituales. Muchas veces los glifos se hicieron para dejar señalada una fuente subterránea u otro rasgo geológico.



Los fríanos son descendientes de los aguerridos Guayacundos, pueblo laborioso y amante de la guerra y del arte. En todos los alrededores de Frías aún se conservan petroglifos o figuras en piedra, huellas imborrables dejadas para la posterioridad, herencia de sus ancestros en cuya representación daban a conocer la cosmovisión del mundo, ya que no conocían escritura alguna. Estas figuras las podemos encontrar en la zona de Huasipe, Silahuá, Mastrante, Frías, Poclús, Maray, Banda de la cruz y Culcas. Todos los petroglifos que se encuentran en Frías tienen algo similar tenemos por ejemplo los “aspírales” secuenciales, que al parecer dan a conocer la secuencia de algún hecho importante en su pueblo o alguna representación astronómica; así mismo encontramos figuras antropomorfas, de animales y seres humanos que representan su vida cotidiana. También tenemos el caso de la figura que se asemeja a un “águila” en la zona se Silahuá, en las enormes piedras que se encuentran grabados los petroglifos están los hoyos o “cúpulas” como algunos historiadores los denominan y que al parecer servían para hacer algún ritual o pago a la madre tierra o a los “Apus” o huacas
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Profesor. José Cosmer Sánchez Troncos

sábado, 9 de enero de 2010

Las huellas de los Gentiles en la sierra piurana

La palabra “gentil” significa hombre idolatra, persona que no cree en los principios cristianos. Fue una de las divisiones de la humanidad como lo manifiesta la biblia, los mismos que, fueron objeto de evangelización cristiana. En el mundo cristiano los Gentiles son seres paganos, es decir aquellos que no estaban dentro de los dogmas y preceptos de la cristiandad
Los gentiles es un término muy conocido en casi todo el Perú, principalmente en la cultura andina. ¿Quién fueron realmente los gentiles? Se dice que ellos habitaron por nuestras tierras hace muchísimo tiempo (imposible saber desde cuando exactamente) y como no necesariamente eran personas de bien nuestros padres espirituales de la naturaleza y el cosmos los castigaron. En la serranía piurana también existe y se conoce la palabra “gentil” para denominar a nuestros antepasados que moraron por estos lugares y que se caracterizaron por ser grupos culturales con sus propias costumbres, creencias, supersticiones y formas de organización. Para algunas personas, los gentiles fueron culturas que habitaron por estos lares, más antes que los incas.
Posteriormente los gentiles adoptaron formas de organización a través de los ayllus, que eran grupos de familia liderados por un curaca o jefe. En las familias se practicaban muchos valores, ponían en práctica la solidaridad a través de la “Minka”, que consistía en un trabajo solidario y cooperativo en beneficio de alguien; el respeto mutuo y valoraban mucho el trabajo y convivían amenamente con la naturaleza, porque la consideraban un regalo de la cual se iban a servir para poder vivir. Ellos adoraban a los seres de la naturaleza, sentían mucho respeto por la lluvia, el sol, la luna, el trueno, los cerros, las lagunas, la pacha mama o madre tierra, que la consideraban bendita porque era quien daba los frutos para alimentarse; así mismo idolatraban a los animales silvestres y salvajes. Su cosmovisión acerca del mundo, las estrellas y los astros eran seres superiores por lo cual los idolatraban.
Los gentiles carecían de escritura pero utilizaron otros medios para representar sus vivencias, creencias, su forma de ver el mundo, ellos dejaron grabados en enormes piedras los famosos petroglifos, que son figuras antropomorfas , aspírales, al costado de estos se encuentran las “cúpulas” u hoyos de diferentes dimensiones. Ellos utilizaron un tipo de cerámica incipiente la cual fue utilizada para la cocina como jarrones, ollas, diferenciándose en otros lugares del distrito con huacos de color grisáceo.
Los gentiles en el distrito de Frías y otras partes de la zona andina de Piura han dejado huellas imborrables que a lo largo del tiempo se han conservado. Son poco los esfuerzos que se han hecho por investigar sobre nuestros antepasados, son menores las investigaciones que se han hecho para conocer nuestra historia a fondo. La gente del campo ha encontrado vestigios cuando han estado realizando sus faenas agrícolas, se han encontrado cerámica incipiente (huacos y otros objetos de arcilla), utensilios de piedra, posiblemente utilizados como armas de guerra o para sus faenas campestres, también existen pequeñas construcciones en ruinas hechas de piedra y que de repente sirvieron de morada a los antiguos moradores de estas zonas. En la zona de Ayavaca y otras partes de Piura existe diversidad de creencias con respecto a estos personajes, se dice que ellos desaparecieron al no ser dominados por otras culturas, en el caso de los incas y españoles, ellos se enterraron con toda su familia y pertenecías en los huacas y aquel que las profane serán castigados o consumidos por los espíritus que las reguardan, incluso existe la creencia que donde aparece el espíritu del gentil se esconde el “entierro” y a quien se le presente el entierro es para él y debe sacarlo con la ayuda de un curioso. En la actualidad algunas personas antiguas aún mantienen la idea que donde hay entierros ha sido lugar donde habitaban los gentiles, en otros casos en los lugares donde existen los petroglifos ha sido morada de aquellos y que piensan que existen tesoros enterrados alrededor de la piedra.
En la zona de Frías se han desarrollado pequeños grupos con una cultura incipiente como son los Huaminkas que habitaron por la zona de las qullkas, los chincharas por la zona baja de Frías, otros grupos que habitaron por Misquiz, Guayaquil, Arrayan, Pampa Grande, y que en tiempos de la colonización no lograron el mestizaje como se dio en otras partes del Perú. Estos pequeños grupos tenían su propio lenguaje, creencias, formas de trabajo; ellos no le daban mayor importancia al metal precioso, ellos vivían en paz con la naturaleza, hasta que fueron interrumpidos por la avaricia y codicia de los occidentales, que a costa de lograr riqueza no les importó matar. Ellos impusieron sus costumbres, creencias y religión inventando leyendas fantásticas de santos de piedra que tenían vida y que sin no se le obedecía y adoraba los castigaría.
El término gentil, debe haber sido impuesto y utilizado por los españoles, en la etapa de colonización y evangelización, llamándolos a aquellas personas que no practicaban el cristianismo, y desde la época ha sido guardado en la memoria de los pobladores
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sábado, 28 de noviembre de 2009

LA CASA HACIENDA DE POCLUS SAN JORGE- FRIAS

Uno de los patrimonios que tubo la gran Hacienda de San Jorge o Hacienda Poclús fue sin duda alguna La Casa Hacienda era una de las construcciones muy importantes de la época su arquitectura tenía influencia española, se encontraba ubicada en lo que hoy es el local de la Institución Educativa Juan Velasco Alvarado. Este condominio era administrado por la Familia Reusche, con su administrador Fernando Reusche.
Sus habitaciones eran muy elegantes y amplias, con sus respectivos adornos, tenían en cada una sus servicios higiénicos, sus camas eran hechas de madera, muy fina y tejida con cintas de cuero de res, en otras había camarotes hechos con el material de la zona. El piso de cada una de las habitaciones, la sala de espera, pasadizos eran hechos de parquet y loseta. Los muebles eran muy finos hechos de caoba, cedro, roble, los cuales eran fabricados por los mismos trabajadores del taller de la hacienda. La cocina se encontraba en la parte subterránea la cual tenía su propio comedor y su propio cocinero llamado Cornelio, detrás de ésta se ubicaban las oficinas. En las tardes y noches frías eran abrigadas por una hermosa chimenea la cual se encontraba en el salón principal donde atendían a sus invitados y personas ilustres, los cuales dialogaban y reposaban en los mejores muebles de madera y sus cojines traídos desde la ciudad, también eran alumbradas con las “arañas” las cuales reflejaban la luz de la turbina de la pequeña hidroeléctrica que se encontraba aproximadamente 500 metros río abajo.
Tenía balcones espléndidamente labrados a mano, servían de mirador y desde los cuales se podía divisar los hermosos paisajes y atardeceres serranos. Al final de este mirador se encontraba un cuarto el cual servía de almacén para guardar toda la indumentaria y herramientas que se utilizaban para la corrida de toros de lidia, en este lugar se hospedaban los toreros y visitantes que venían de otros lugares incluso desde España, a los cuales en su honor el hacendado mataba una de las mejores reses
Había un cuarto especial que servía para ordenar y guardar los accesorios de las bestias y ganado, también se guardaba la medicina de estos, las marcas y los anillos de oros que servían para seriar y codificar cada una de sus mejores vacas, toros y ovejas de raza. Al costado de este almacén seguían otras 8 habitaciones donde se hospedaba, Don Fernando Reuche, cada vez que venía de Lima o el extranjero.
A un costado de la cocina se encontraba un cuarto que era una especie de pozo en forma circular y en el fondo su plataforma tenía un empedrado con piedra de río liza igualmente en sus paredes del costado, en el centro se ubicaba el famoso “Cepo” que era un palo largo labrado y movible, el cual tenía agujeros para meter el cuello y los brazos, aquí iban las personas que eran castigadas por haber cometido alguna falta. Cuentan algunas personas que a este lugar también iban las mujeres que habían cometido alguna infidelidad, les daban un saco lleno de lana de oveja para que escarmenen.
El techo de la casa era de teja quemada en horno propio del lugar, debajo eran vigas torneadas de las mejores maderas y con tiras de guayaquil y carrizo, las cuales servían de soporte para que enyesen la parte interior del techo. Las puertas eran hermosas, labradas a mano por los mejores artesanos, las ventanas de igual forma con su sobre ventana de hierro, en los corredores habían bancas incrustadas en la pared, las cuales servían para que reposen después de alguna jornada o faena. Las paredes eran hechas de adobe y revestidas de yeso, las cuales descansaban sobre unas enormes bases de piedra de la zona.
Tenía una pequeña hidroeléctrica ubicada aproximadamente a 500 metros hacia el río, la cual generaba y proporcionaba luz a toda la hacienda. El telégrafo, que permitía estar comunicado con la ciudad y demás haciendas aledañas, el cual estaba ubicado a la entrada de la sala de espera.
En la actualidad son pocos los vestigios que quedan, esta construcción fue una maravilla del modelo de infraestructura poscolonial y Barroco en decadencia, la gente ignorante de su valor cultural la destruyó poco a poco, pensando que derrumbándola iban a cobrarse el mal trato que recibieron por parte del hacendado y sus empleados.

LAS HACIENDAS EN FRIAS

La palabra HACIENDA, que significaba haber o riqueza personal en general, se fue aplicando para designar una propiedad territorial de importancia, la cual exhibía orgullosamente como pertenencia de una familia. La gente más o menos sencilla o menos arriesgada, pero dispuesta a aprovechar la mano de obra indígena, fundó estancias agrícolas y ganaderas, que pronto produjeron buenas cosechas y mucho ganado menor y mayor, formándose con ellas las unidades económicas conocidas con el nombre de HACIENDAS
Por su construcción , las haciendas daban la impresión de enormes fortalezas, con altos muros y contrafuertes, con capilla y campanario, y sus fachadas de cantera decoradas con mosaicos de Talavera ; con torreón de vigilancia, amplios patios, puertas forjadas de bellos herrajes, largos corredores llenos de macetas. Además todas las grandes haciendas contaban con lugares propios para maquinaria y herramientas. Las haciendas se llegaron a convertir en núcleos suburbanos autosuficientes, donde podían vivir la peonada y los patrones con todos los servicios necesarios.
Las haciendas ganaderas fueron muchas, se encuentran esparcidas por todo el país y varias han quedado como monumentos artísticos, cada una con el estilo arquitectónico de la época, modificado o simplemente reconstruido. Todas formaron el espacio donde nació y de donde trascendió ese peruano frente al mundo.
Un personaje muy especial en las haciendas era el caporal o capataz que generalmente conocía algo de medicina veterinaria, sabía curar y diagnosticar algunas enfermedades: es quien daba las ordenes a los demás empleados para que recorran los potreros y condominios verificando que todo lo clasificado guarde su lugar, que las canoas tengan sal y que las cercas y los aguajes estén bien, que no haya animales lesionados, etc.
El origen de las haciendas serranas del Perú fueron las encomiendas de indios, aunque a lo largo del siglo XVII, debido a los conflictos con el virreinato, se convirtieron en mayorazgos sometidos al control tributario. De este modo, la población indígena, que vivía en los caseríos incaicos, se fue incorporando al núcleo productivo hasta originar un nuevo programa compuesto principalmente por la ranchería (residencia de los peones) y la capilla (además de despensas, almacenes, zonas de oficio y talleres de producción), agrupadas en torno a un gran patio presidido por la casa patronal. La arquitectura aristocrática y europea de estas edificaciones, ubicadas en la parte inferior de la ladera, domina el valle e incorpora a través de amplios miradores el paisaje circundante, con un sentido escenográfico.
Las haciendas y estancias piuranas fueron lugares seguros y rentables, donde se colocaron los excedentes de dinero que generaba la economía regional. Las familias piuranas razonaron en el sentido de que era mejor invertir dinero en condición de préstamos en haciendas o casas, no sólo porque no existían mayores alternativas de inversión especulativa, sino porque redituaron un interés constante y seguro pagado por sus propietarios. Si ello no sucedía así, se solicitaba el remate de los bienes inmuebles para resarcirse o condonar su inversión. Esta inversión especulativa no sólo se da en Piura, sino que es una práctica que se verifica a nivel colonial-nacional.
También existieron haciendas en la sierra piurana donde se generaba riqueza y cuyos excedentes venían a la ciudad de Piura. Algo importante de destacar es que buen número de las mejores familias que residían en la ciudad de Piura, fueron dueños de haciendas o estancias ubicadas en Frías, Ayabaca y Huancabamba.
En el ámbito de Frías las haciendas mas importantes que contribuyeron al desarrollo económico de esta zona fueron La Hacienda de Parihuanás con su dueño Don Francisco Escudero, quién se casó con Josefa Valdivieso; y la hacienda de Poclús San Jorge más conocida como San Jorge por concentrar su administración en un pueblito del mismo nombre. Pertenecía a la familia Reuche y administrada por Don Fernando Reuche. Estas haciendas fueron vendidas de manera parcelizada al mejor postor, pero la mayoría de terrenos que quedó fueron invadidos por los mismos trabajadores de las haciendas. Se puede citar lo que escribe Elías Saud Castillo Córdova en su Tesis “La Economía campesina de la sierra piurana-caso estudio: Distrito de Frías-Ayavaca”, referente a las haciendas que ocuparon territorio fríano:”…Específicamente para el caso fríano, las haciendas adjudicadas fueron la de Parihuanás y Poclús…”
Respecto a la hacienda de Poclús, su extensión comprendía Bajo y Alto Poclús. La zona denominada Bajo Poclús abarcaba San Jorge, Tanlama, La Cría, y Poclús; la zona denominada Alto Poclús abarcaba: Altos Poclús, Culcas, Cachiriz”.

LA HACIENDA DE POCLUS - SAN JORGE

La hacienda de San Jorge antiguamente era llamada Poclús-San Jorge, era muy extensa, abarcaba toda la cuenca hidrográfica del río San Pedro, tenía sus grandes potreros o destajos la en zona de Culcas, La Cría, Poclús Bajo, Condorhuachina, Altos de Poclús (Meseta Andina) . Era netamente ganadera en Poclús Alto criaban ganado ovino, en Condorhuachina se encontraban los caballos y mulas; los toros de Lidia eran pastados en la zona de Poclús bajo, los mismos que eran utilizado para la famosa corrida realizada en el lugar denominado “La Pareja”: Esta hacienda tenía sus condominios que eran terrenos o potreros con los mejores pastos donde se criaban a los animales. En la zona de Culcas podemos mencionar algunos lugares: El Lanche (huaylingas), El Güindunal (El Espino-Naranjo),Cerro Mocho (Valle San Andrés) entre otros que servían de pastaje temporal del ganado. En este lugar existía una casa cuya base era hechos de piedra y que era utilizada para algún trabajador de la hacienda la habitara en sus visitas, también en este lugar tenía un espacio apropiado para vacunar al ganado.

En la hacienda había cargos que desempeñaban personas de confianza del hacendado, los encargados de cuidar y llevar el ganado a los potreros se llamaban “vaqueros”, entre los principales podemos mencionar a Aníbal Remaycuna (Putagas), Emilio Córdova (Huaylingas), Alfonso Aguilar, Manuel Aguilar, Alfredo Aguilar (la Cría), Carmen Calle y Félix López de Poclús los encargados de reclutar gente para los trabajos comunales de la hacienda se llamaban “mayorales”, entre ellos estuvieron Ignacio Aguilar e Inocencio Aguilar del sitio de La Cría, Pablo López Jiménez de Algarrobal y uno de los más importantes mayorales don Felipe Castillo ;también tenía gente que cuidaba a los capataces de la hacienda que tenían la función de guardaespaldas del hacendado en este caso citaremos a don Leonardo López , otras personalidades allegadas al hacendado fueron don Lautaro López que se desempeñaba como cajero y Don Isoé Flores quien era cuidador del ganado y un sobreviviente es Don Quirino Remaycuna que era el mas certero laceador de ganado que cuando montaba en mula y laceaba a gran distancia al ganado arisco y volteaba de inmediato con mucha maña la mula que sujetaba de la contraevilla al bravo animal laceado cayendo de inmediato este si es que pretendía resistirse todos ellos eran gente de confianza del José Pelayos García.

Los trabajadores de este latifundio eran personas oriundas los cuales habían sido mestizados o bautizados por familias de apellido español, por eso en la actualidad podemos encontrar muchos con apellido de origen europeo entre los cuales podemos hacer mención a los López, Córdova, Alvarado, Alva, Calle, Flores, Sánchez, Pizarro, Castillo, los cuales tienen rasgos físicos que confirman la presencia y fisonomía de la raza blanca en este territorio, la gente es de tez blanca, ojos verdes o marrones claros, pelo castaño incuso rubio, La gente a cambio de que los dejen vivir en los terrenos del hacendado sembrando y criando sus animales trabajaban gratuitamente e incluso pagaban anualmente una suma de dinero y así la gente pasó mucho tiempo sufriendo marginación, explotación, maltrato, por los capataces y administradores de la hacienda.

Elías Saud también menciona: “Contemporáneamente a la hacienda, existían comunidades campesinas cuyo régimen era minifundista, pero organizados en forma colectiva usufructuaban el agua y sus canales de regadío: Entre las comunidades que aún subsisten como tales tenemos San Antonio, Pampa Grande, Tucaque, Limón, Huasipe, Arrayan, Común, Luisa, Puñuño” Esto significa que en los tiempos de la hacienda habían lugares dentro del ámbito de Frías que no pertenecían a las haciendas antes mencionadas, las mismas que tenían su propia organización de manera independiente o privada.

Después de la reforma agraria, dada por el Presidente Juan Velasco Alvarado decretado el 24 de junio de 1969 mediante D: L Nº 17723 donde mencionaba en su discurso que “la tierra es de quien la trabaja” a partir de ese momento los hacendados empezaron a parcelizar sus terrenos y venderlas al mejor postor llegando inclusive a adulterar documentos ,posteriormente se realizaron las invasiones, los trabajadores de la hacienda se posesionaron en los terrenos, en este proceso de posesión se generaron muchos problemas incluso hubieron muchas muertes entre los mismos invasores. Algunos trabajadores de la hacienda fueron perseguidos durante mucho tiempo para matarlos y cobrar venganza por los malos tratos que habían dado a los lugareños.
Una de las personas que lucharon legalmente para que se les reconozca una indemnización por su tiempo de trabajo en la hacienda fue Don Miguel Chumacero Carrasco, ex trabajador del importante fundo entre otros que en la actualidad después de muchos años reciben una pensión por su benefactor los Reusche.

En la actualidad la población del distrito de Frías, está organizado a través de Comunidades campesinas y privadas, ellos logran su avance y desarrollo a través de sus líderes que dirigen cada una de sus organizaciones de base.

Uno de los rezagos que ha quedado entre la población que vivió y sufrió difíciles momentos de explotación, marginación; es el resentimiento ante cualquier persona o situación que les quiera faltar el respeto a su dignidad como persona. Podemos mencionar algunas frases o términos que en la actualidad han sido arraigados de generación tras generación de ese difícil tiempo, citaremos por ejemplo:” no miamo” “patrón”, “peón”, “mande”, etc.