sábado, 28 de noviembre de 2009

LA CASA HACIENDA DE POCLUS SAN JORGE- FRIAS

Uno de los patrimonios que tubo la gran Hacienda de San Jorge o Hacienda Poclús fue sin duda alguna La Casa Hacienda era una de las construcciones muy importantes de la época su arquitectura tenía influencia española, se encontraba ubicada en lo que hoy es el local de la Institución Educativa Juan Velasco Alvarado. Este condominio era administrado por la Familia Reusche, con su administrador Fernando Reusche.
Sus habitaciones eran muy elegantes y amplias, con sus respectivos adornos, tenían en cada una sus servicios higiénicos, sus camas eran hechas de madera, muy fina y tejida con cintas de cuero de res, en otras había camarotes hechos con el material de la zona. El piso de cada una de las habitaciones, la sala de espera, pasadizos eran hechos de parquet y loseta. Los muebles eran muy finos hechos de caoba, cedro, roble, los cuales eran fabricados por los mismos trabajadores del taller de la hacienda. La cocina se encontraba en la parte subterránea la cual tenía su propio comedor y su propio cocinero llamado Cornelio, detrás de ésta se ubicaban las oficinas. En las tardes y noches frías eran abrigadas por una hermosa chimenea la cual se encontraba en el salón principal donde atendían a sus invitados y personas ilustres, los cuales dialogaban y reposaban en los mejores muebles de madera y sus cojines traídos desde la ciudad, también eran alumbradas con las “arañas” las cuales reflejaban la luz de la turbina de la pequeña hidroeléctrica que se encontraba aproximadamente 500 metros río abajo.
Tenía balcones espléndidamente labrados a mano, servían de mirador y desde los cuales se podía divisar los hermosos paisajes y atardeceres serranos. Al final de este mirador se encontraba un cuarto el cual servía de almacén para guardar toda la indumentaria y herramientas que se utilizaban para la corrida de toros de lidia, en este lugar se hospedaban los toreros y visitantes que venían de otros lugares incluso desde España, a los cuales en su honor el hacendado mataba una de las mejores reses
Había un cuarto especial que servía para ordenar y guardar los accesorios de las bestias y ganado, también se guardaba la medicina de estos, las marcas y los anillos de oros que servían para seriar y codificar cada una de sus mejores vacas, toros y ovejas de raza. Al costado de este almacén seguían otras 8 habitaciones donde se hospedaba, Don Fernando Reuche, cada vez que venía de Lima o el extranjero.
A un costado de la cocina se encontraba un cuarto que era una especie de pozo en forma circular y en el fondo su plataforma tenía un empedrado con piedra de río liza igualmente en sus paredes del costado, en el centro se ubicaba el famoso “Cepo” que era un palo largo labrado y movible, el cual tenía agujeros para meter el cuello y los brazos, aquí iban las personas que eran castigadas por haber cometido alguna falta. Cuentan algunas personas que a este lugar también iban las mujeres que habían cometido alguna infidelidad, les daban un saco lleno de lana de oveja para que escarmenen.
El techo de la casa era de teja quemada en horno propio del lugar, debajo eran vigas torneadas de las mejores maderas y con tiras de guayaquil y carrizo, las cuales servían de soporte para que enyesen la parte interior del techo. Las puertas eran hermosas, labradas a mano por los mejores artesanos, las ventanas de igual forma con su sobre ventana de hierro, en los corredores habían bancas incrustadas en la pared, las cuales servían para que reposen después de alguna jornada o faena. Las paredes eran hechas de adobe y revestidas de yeso, las cuales descansaban sobre unas enormes bases de piedra de la zona.
Tenía una pequeña hidroeléctrica ubicada aproximadamente a 500 metros hacia el río, la cual generaba y proporcionaba luz a toda la hacienda. El telégrafo, que permitía estar comunicado con la ciudad y demás haciendas aledañas, el cual estaba ubicado a la entrada de la sala de espera.
En la actualidad son pocos los vestigios que quedan, esta construcción fue una maravilla del modelo de infraestructura poscolonial y Barroco en decadencia, la gente ignorante de su valor cultural la destruyó poco a poco, pensando que derrumbándola iban a cobrarse el mal trato que recibieron por parte del hacendado y sus empleados.

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